El cubo rubik: más que un desafío, una lección de vida

Aprender a armar el cubo Rubik fácil.

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Hace tres meses, era el típico mortal que veía un cubo Rubik y pensaba: “Esto no es para mí”. Para mí, esos coloridos cuadritos no eran más que un recordatorio de que la vida, por momentos, puedes ser complicada. Pero todo cambió gracias a un amigo con la paciencia de un explorador en busca de un tesoro. Él me animó a retomar el cubo Rubik, y hoy, puedo decir con orgullo que, después de 25 años, ¡finalmente lo resolví!

Mi primer encuentro con el cubo Rubik fue cuando tenía unos 9 o 10 años, allá por 1999. Recuerdo que mi mamá me lo compró en una juguetería en Paraná, Entre Ríos, cerca de la casa de mi nona. Me pasé un par de días intentando armarlo, logrando apenas hacer una o dos caras antes de rendirme rápidamente. Descubrí que podía desarmarlo y volver a armarlo pieza por pieza, lo que técnicamente me hacía «resolverlo» entre comillas. Pero al final, lo dejé olvidado porque, la verdad, ¡lo mío no era el cubo Rubik!

En esa época, muchos en la escuela primaria, en Las Heras, llevábamos un cubo Rubik en la mochila. Pero, como tantas modas, pronto los cambiamos por las bolitas, la pelota y los juegos como «Juguemos en el bosque mientras el lobo no está». ¡Cuántos recuerdos de esa época! Las meriendas en los recreos, los amigos, los juegos… ¡Cómo pasó el tiempo! (Creo que ya tengo material para otro artículo sobre mi escuela, los juguetes y las cosas de los noventa. Déjenme en los comentarios si les gustaría leer algo de eso).

Pasaron los años y, en 2006, vi la película En busca de la felicidad con Will Smith, un peliculón que me inspiró muchísimo. Fue entonces cuando el cubo Rubik volvió a mi mente. Recordé aquellos días de frustración, pero también pensé: “Tal vez algún día pueda resolverlo, como Will Smith en la película”. Sin embargo, nunca lo intenté. ¡En esos años, el PES 6 era uno de mis hobbies, jaja!

Pero fue en 2024, después de todos esos años, cuando un buen amigo me animó a retomar el cubo Rubik. Y esta vez no solo lo probé durante unos días; esta vez me decidí a enfrentarlo de verdad. Y, para mi sorpresa, ¡lo resolví!

Mi Primer Encuentro Serio con el Cubo Rubik

Subo al auto de mi amigo, que vino a visitarme a Tucumán, Yerba Buena, donde estoy viviendo actualmente. Apenas me siento, veo que en el asiento del acompañante tiene un cubo Rubik.

—¿Podés manejar vos? —me pregunta.

—Sí, no hay problema —le respondo.

Así que tomo el volante, y mientras vamos camino a comprar unas empanadas tucumanas (porque, seamos honestos, pocas cosas superan eso en la comida… bueno, tal vez los sándwiches de milanesa, pero ese es tema para otro artículo jeje), él empieza a jugar con el cubo Rubik. En menos de dos minutos, ¡ya lo había resuelto!

—¡Qué bueno eso, amigo! —le digo, impresionado.

—Está bueno —me contesta—. Ayuda con la paciencia y tiene otros beneficios.

Ahí nomás, mientras seguimos charlando, me tiró un par de tips básicos para empezar. Parecía tan fácil viéndolo a él que pensé: «Bueno, ¿por qué no intentarlo?».

A la semana siguiente, me fui a una juguetería cerca de casa a comprar un cubo Rubik. No te voy a mentir: la vendedora me miró un poco raro, como si estuviera pensando: “Seguro es para algún sobrino”. Pero no, era para mí, y con eso empezó el desafío.

Los primeros días fueron intensos. Me sentaba con el cubo, repasando los algoritmos y repitiendo los pasos una y otra vez. Algunas veces lo hacía mal y tenía que volver al principio, frustrado pero decidido. Sin embargo, después de tres días de practicar con paciencia y constancia, finalmente lo resolví. ¡Qué satisfacción!

No fue fácil, pero valió la pena.

Cómo Armar el Cubo Rubik Paso a Paso

A continuación, te comparto los pasos básicos para empezar a armar el cubo Rubik. Recordá que hay muchísimos tutoriales en YouTube que te pueden ayudar a entender los movimientos y los algoritmos con más detalle.

Paso 1: La Cruz Blanca

  1. Encuentra el centro blanco: El cubo Rubik tiene un centro fijo en cada cara. Empieza por localizar la pieza central blanca.
  2. Forma la cruz: Ahora, conecta las piezas de borde blancas con sus colores correspondientes. Asegúrate de que los colores coincidan con las piezas del centro de las caras laterales.
  3. Consejo: Recuerda que cada movimiento cuenta. Si te equivocas, no te frustres. ¡Los errores también enseñan!

Paso 2: Resolver la Primera Capa

  1. Ajusta las esquinas blancas: Mueve las esquinas blancas a su lugar para completar toda la primera capa. Asegúrate de que no solo la cara blanca esté completa, sino que los colores laterales también coincidan.
  2. Consejo práctico: Piensa en esto como hacer que tu cubo tenga una “sonrisa perfecta”. Si las piezas no encajan, ajusta con movimientos lentos y suaves.

Paso 3: La Segunda Capa

  1. Coloca las piezas del medio: Ahora te toca trabajar con las piezas de la segunda capa. Usa lo que mi amigo llama “fórmulas mágicas” (hay movimientos específicos que las mueven sin desordenar lo que ya hiciste).
  2. Consejo: A veces, en el cubo Rubik, retroceder es la clave para avanzar. No temas volver a hacer un movimiento que ya habías realizado si algo no encaja bien.

Paso 4: La Cruz Amarilla

  1. Forma una cruz amarilla: En la cara opuesta, forma una cruz amarilla. A veces parecerá un caos, pero no te preocupes, ¡es parte del proceso!
  2. Consejo práctico: En el caos de un cubo Rubik desordenado, siempre hay un orden esperando. Haz los movimientos con calma y paciencia, ¡verás cómo comienza a tomar forma!

Paso 5: Orientar las Esquinas Amarillas

  1. Alinea las esquinas amarillas: Aquí se trata de girar las esquinas para que estén orientadas correctamente. No te sorprendas si parece que no encajan al principio; es completamente normal.
  2. Consejo: Si las esquinas no se alinean en el primer intento, no te rindas. El cubo Rubik a veces necesita un poco más de cariño y ajustes finos.

Paso 6: Resolver la Última Capa

  1. Haz los movimientos finales: Con todos los bordes y esquinas en su lugar, solo te queda alinear correctamente las piezas de la última capa.
  2. Consejo práctico: Ten en cuenta que este paso puede requerir paciencia. Haz los movimientos con precisión, y de repente, ¡verás cómo todo encaja! Cuando termines, ¡tu cubo Rubik estará resuelto!

Una Enseñanza Final

El cubo Rubik me enseñó que la vida, al igual que sus movimientos, puede parecer un enredo imposible. Sin embargo, cuando te enfocás, aprendés a reconocer los patrones y le sumás un poco de paciencia, todo comienza a encontrar su lugar.

Además, como dice un dicho: «Cada movimiento del cubo Rubik muestra que las soluciones existen, aunque no sean obvias.»

Te dejo una frase con una imagen que armé usando la IA. (Si te gustaría aprender a usar la IA, súmate a mi comunidad aquí)

(Toca la imagen para verla en alta calidad)

Si yo, que antes pensaba que armar el cubo Rubik era solo para genios, pero lo logré, ¡y vos también podés hacerlo! Y no te preocupes, si se te complica, siempre podés buscar un tutorial o pedir ayuda a ese amigo paciente que todos tenemos.

¿Qué te pareció el artículo? Me encantaría leer tus comentarios y saber si ya intentaste armar el cubo Rubik o si tenés alguna experiencia parecida. Además, contame de qué otros temas te gustaría que hable en el futuro.

2 comentarios en “El cubo rubik: más que un desafío, una lección de vida”

  1. Muy lindo artículo
    A mi encantan, son un vicio, tengo pendiente ir al barrio chino a un local que tienen cubos hasta el techo
    Y aprovechar a comprarme varios más
    Si ya armas el 3×3, conseguite uno par, un 4×4 por ejemplo, es el siguiente desafío, aunque el 5×5 también da batalla
    Y el 2×2, y el Megaminx… Y hasta ahí llego mi colección jaja..
    Algún día aprenderé algoritmos de speedcubing pero lleva tiempo, por ahora me ayudan a desbloquear la mente al momento de programar

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